Jesús, a medida que nos hacemos mayores, nos damos cuenta que no todos los niños y niñas tienen tantas cosas como nosotros. Alguna vez hemos compartido merienda y juguetes con niños que tenían pocas cosas y juntos nos lo hemos pasado muy bien. Por eso te pedimos que los hombres y las mujeres seamos más generosos y más serviciales con los necesitados; así seremos tus manos que ayudan a todos.
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