https://youtu.be/NO3pwZMcV10
Había una vez en el país de los elefantes... una manada en que las
elefantas eran suaves como el terciopelo, tenían los ojos grandes y
brillantes, y la piel de color rosa caramelo. Todo esto se debía a que,
desde el mismo día de su nacimiento,
las elefantas sólo comían anémonas y
peonias. Y no era que les gustaran
estas flores: las anémonas- y todavía
peor las peonias- tienen un sabor
malísimo. Pero eso sí, dan una piel
suave y rosada y unos ojos grandes y
brillantes.
¿Qué creéis que pasará? Mira el vídeo y lo sabrás
Jesús, ayúdanos a ser justos y a respetar la igualdad entre todos nosotros, a saber repartir las tareas de casa y de la escuela con igualdad y sin discriminar a nadie. A aceptar en nuestros juegos a todo el que quiera participar sin importar si es un niño o una niña.
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