Gracias, Señor, porque cada día vienes a verme.
Gracias, Señor, por el color de las flores.
Gracias por el cielo azul y el mar y la nieve.
Gracias por la lluvia y el viento.
Gracias por todas las cosas bonitas
que miro en este momento.
Gracias, Señor,
porque puedo contemplar tu cara
reflejada en la mirada de los amigos/as,
en su paz y en su tristeza,
en su alegría y en su dolor.
Gracias, Señor,
porque juntos miramos el mundo
y porque puedo ser amigo/a tuyo/a.
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