CUENTOS DEL MUNDO: El tigre y la vaca

Estaba una vaca pastando tranquila cuando de repente escuchó un llanto desconsolado, que venía de entre unos matorrales. Se acercó para ver qué sucedía, y se encontró a un tigre, atrapado por el tronco de un árbol que había caído sobre él. El pobre tigre estaba atrapado y malherido. El tigre se puso muy contento al ver a la vaca, y le suplicó: 
- ¡Por favor, ayúdame a salir de aquí! Yo solo no puedo librarme de este tronco...
La vaca sentía pena y quería ayudarle, pero también pensó que si lo hacía, el tigre podría después atacarla. Pero el tigre, al verla dudar, volvió a decir:
- Por favor, vaca. Si me ayudas, no te haré ningún daño. Te lo prometo.
La vaca tenía miedo, porque no se fiaba demasiado del tigre. Pero su buen corazón la hizo recapacitar. Ella siempre quería ser una vaca buena y tenía que obrar siguiendo estos principios, así que, arriesgándose, la vaca empujó el tronco con la cabeza y consiguió liberar al tigre. 
El tigre salió corriendo en cuanto se sintió liberado. Estaba herido, agotado, y sobre todo, hambriento. Y de pronto miró a la vaca relamiéndose. Llevaba una semana sin comer, y la vaca era antes sus ojos un delicioso manjar. El tigre se acercó a ella y la vaca, que se dio cuenta en seguida de lo que pretendía, le dijo, superando el miedo que sentía:
- ¡Tigre! ¡No puedes comerme! ¡Me lo prometiste! ¡Te acabo de salvar la vida!
- Lo sé - contestó el tigre- Pero si no te como, moriré de hambre. ¡No tengo elección!
- ¡Sabía que no podía confiar en ti! ¡Eres un mentiroso!- Le dijo la vaca.
Y cuando el tigre ya estaba a punto de abalanzarse sobre la vaca, apareció por allí un inteligente y dulce conejo, que alarmado al ver aquella escena, preguntó:
- ¿Pero qué ocurre aquí? ¿Por qué estáis discutiendo?
La vaca le explicó aliviada lo que sucedía, y le contó cómo salvó al tigre y éste le prometió no hacerle daño, y de cómo el tigre quiere ahora romper su promesa. Y el tigre, por su parte, le explicó al conejo por qué debe comerse a la vaca, justificando así la mentira que le había dicho a la vaca.
El conejo, famoso en el lugar por ser capaz de resolver conflictos muy complejos, pensó durante un rato, después de haber escuchado las dos versiones, y dijo:
- Para dar a conocer mi veredicto, necesito comprobar en el lugar de los hechos cómo sucedió todo. Por favor, ¿podéis explicarme bien lo que pasó, recreándolo de nuevo?
Así que pidió al tigre que volviera a colocarse en el mismo lugar donde la vaca le encontró, y a la vaca que colocara de nuevo el tronco de árbol sobre el tigre. De esta forma podría volver a revivir la escena...
El tigre, inmovilizado de nuevo, dijo: 
- Así estaba yo cuando llegó la vaca...
En ese momento, el conejo se volvió a la vaca y dijo: 
- ¡Huye, vaca, es tu momento para escapar!
La vaca no se lo pensó dos veces y echó a correr. Y el conejo, una vez seguro de que la vaca estaba lejos, ayudó al tigre a salir de allí y le dijo:
- Tigre, espero que hayas aprendido la lección.  Jamás vuelvas a usar la mentira para tus propios intereses. Y sobre todo: se honesto y nunca rompas una promesa.
El tigre, arrepentido, se marchó con la cabeza agachada, reflexionando y muerto de hambre. Acababa de aprender la importancia de un valor esencial: la honestidad.
Adaptación de un cuento popular del Caribe

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