Ayúdanos a encontrarte, Señor,
en la naturaleza,
en las montañas y los valles,
en el sol, la luna y las estrellas,
en la playa y el mar,
en la lluvia, el frío y la nieve,
en los pájaros y las flores,
en los amaneceres y en los atardeceres,
en la soledad del silencio,
en los ojos de los niños.
Gracias por este mundo tan maravilloso
Que sea, para todas las personas,
un hogar de fraternidad.
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