Cada mañana, cuando llegamos a la escuela,
hacemos un rato de oración y acogida.
Es un momento para pensar en las cosas
que podemos hacer durante el día
para ayudar a los demás,
para hacer más felices a nuestros padres,
por estar contentos y satisfechos,
y para decirte: “Buenos días, Jesús.
¡Yo te quiero y sé que Tú me quieres!”
Te pedimos que sepamos aprovechar
este ratito para hablar contigo.
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