Cuando las personas te dicen que te quieren, te sientes feliz, fuerte y protegido. Sentirse querido es maravilloso: te sientes valorado, seguro, contento y especial.
Dios mío, gracias por darme amigos que me hacen la vida más divertida. Gracias por darme profes y gente que me enseña. Gracias por mis abuelos, que me quieren un montón. Y gracias por todos los míos, a los que quiero tanto. A ti, Jesús, te quiero también.
Comentarios
Publicar un comentario
Comparte tu opinión de manera responsable y evita el anonimato: Escribe tu nombre, el curso y tu cole gabrielista. Muchas gracias.