CUÉNTAME UN CUENTO: La libélula que siempre volaba bajo


Cuenta una leyenda que cuando una libélula vuela muy bajo, casi rozando el suelo, es porqué una tormenta se avecina.
Esta es la historia de Lula, una libélula que no lograba levantarse más de un palmo del suelo. Era joven, fuerte y ágil, no tenía ninguna enfermedad ni problema en sus alas. Simplemente no alcanzaba a despegar más alto que era lo que deseaba. Por mucho que lo intentaba jamás lo conseguía, de manera que siempre llovía allí por donde ella pasaba. Atraía el agua y las tormentas sin quererlo. Triste por no poder volar a mayor altura y atraer siempre tempestades, decidió que lo mejor que podía hacer era desprenderse de sus alas. Ya no sería una libélula pero por fin el sol brillaría. 
Así que, fue a ver a un hombre viejo y sabio que convertía los deseos en realidad. Le explico cuál era su problema, que era lo que necesitaba y deseaba. El buen anciano después de escucharla le dijo:
–“Eres una hermosa libélula y no te quitaré las alas. Si lo hiciera enfermarías y otros insectos más grande que tú, pájaros, o incluso ranas y otros animales te podrían cazar. Lo que te ocurre es que no confías en ti misma, tienes miedo. Olvida el miedo y déjalo atrás. Puedes hacer todo aquello que te propongas, sólo tienes que creértelo”.
La libélula convencida, a medias, por las sabias palabras del anciano lo intentó. Se esforzó a fondo, puso toda su autoconfianza, su determinación y fuerzas y lo logró. No se lo podía creer, el anciano tenía razón: con autoconfianza era posible. Desde entonces Lula ya no ha vuelto a volar bajo. Siempre quiere ver como brilla el sol. Bueno excepto en algunas ocasiones, cuando el agua escasea.

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