A veces nos enfadamos, nos ponemos de mal humor y no somos capaces de comprender a los demás. Normalmente al cabo de un rato nos damos cuenta de nuestro error, pero no siempre sabemos pedir perdón a las personas de nuestro entorno.
Una vez Jesús contó una historia en la que un hijo se enfadaba con su padre y se marchaba de casa. Al final, cuando vuelve le pide perdón y su papá le perdona.
Jesús, ayúdanos a pedir perdón y que tengamos la valentía de hacerlo.
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