Al final del jardín de Leo, pasada la valla y su árbol, se encuentra la casa del abuelo. A Leo le encanta pasar tiempo con él, así que siempre que puede escapa a verlo. Sin embargo, una de estas veces, se encuentra con que el abuelo no está... ¡Resulta que ha subido al desván!
Leo le sigue para poder ver qué hace, pero al pasar a través de la puerta de esa pequeña habitación, aparece de repente en medio de una isla llena de colores. Una isla en la que, desafortunadamente, el abuelo quiere quedarse para siempre.
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