- Nunca llegaré a ser una planta, sin tierra, sin agua y sin sol.
Un pájaro escuchó la semilla y fue a ver a la madre Tierra.
- La semilla está atrapada entre las rocas y no puede salir.
Entonces, la madre tierra llamó al sol ya la lluvia. Los tres juntos fueron a ver la semilla y le dijeron:
- Abre tus hojas al viento y al sol. Nacerá tu tallo y una hermosa flor.
La lluvia empezó a caer. La semilla se hundió en la tierra. Cogió fuerza con el agua y el sol y empezó a crecer. Sus hojas parecían dos ojillos verdes y su tallo crecía y crecía... De repente, nació un capullo y después brotó la flor: un círculo rodeado de pétalos amarillos. Esa flor tan preciosa, ¡era un Girasol!
Ayúdame Jesús a que mi semilla pueda dar muchos frutos de cosas buenas.
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