Ampliar la imagen, observarla y compartir con los niños y niñas las características del fuego.
Gracias, Jesús, por el fuego del hogar que por las noches frías de invierno calienta y ofrece calor entre la familia y los amigos. Gracias, Jesús, porque enciendes un fuego en nuestro interior que nunca se apaga. Debemos confiar en Ti, Señor, para que no nos dejes nunca. Al calor y la luz del fuego de tu amor nos sentimos seguros.
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