quiero que me ayudes a cambiar mis actitudes.
Yo sé que tú siempre eres amigo mío,
porque me quieres y confías en mí;
pero yo a veces fallo, hago travesuras
y no sigo tu camino.
Perdóname, Jesús.
Ayúdame a cambiar por dentro.
Ayúdame a parecerme más a ti.
¡Dame tu fuerza!
Gracias porque me quieres
¡y nunca dejarás de quererme!
Gracias porque tengo la suerte
de tenerte a mi lado.
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