¡Elmo tiene sed! Pero la planta de Abby también necesita agua. Elmo decide compartir su agua para que así la planta de Abby no esté sedienta.
A veces no respetamos suficiente las plantas que tenemos en nuestro entorno. Las tocamos o arrancamos, unos días no las regamos y se secan y otros las ahogamos con demasiada agua. El cuento nos recuerda la importancia de convertirnos en observadores para aprender a cuidar los seres vivos que nos rodeas o que dependen de nosotros.
Gracias Señor, porque nos has dado una vida llena de maravillosa naturaleza. Aunque no todos podamos vivir en medio de la naturaleza, sabemos que todos podemos cuidarla y disfrutarla de una forma muy sencilla.
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