Había un chico llamado Albert que amaba los libros y cuidaba una biblioteca. Un día, algunas polillas traviesas decidieron visitar la biblioteca y hacer travesuras en los libros de Albert. ¡Oh, no!
Albert estaba preocupado, pero entonces, ¡apareció un murciélago amigable! Al principio, Albert pensó que el murciélago también quería causar problemas, y se asustó un poco. Pero luego, se dio cuenta de que el murciélago solo quería ayudar a deshacerse de las polillas. Juntos, se hicieron amigos y protegieron la biblioteca.
Todos somos únicos y especiales de diferentes maneras. A veces, las personas que pensamos que son diferentes pueden convertirse en grandes amigos y ayudarnos de maneras sorprendentes.
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