Imagen de Enrique en Pixabay
¡Buenos días!
Mirar las nubes puede ser como un juego. A veces, cuando nos tumbamos en el suelo o miramos al cielo, las nubes se mueven lentamente y cambian de forma. Pueden parecerse a un perro, a un barco o incluso a un helado. ¡Podemos usar nuestra imaginación para ver qué formas se esconden en el cielo!
Algunas son grandes y esponjosas, como un algodón gigante. Otras son grises y pesadas, como si estuvieran llenas de lluvia. Las nubes nos pueden decir si va a llover o si el sol quiere salir para jugar con nosotros.
Miramos atentamente la imagen de las nubes, ¿qué ves? ¿Quizá una montaña, un conejo o un oso? Las nubes nos enseñan que a veces las cosas cambian y que podemos soñar con lo que nos imaginamos al verlas. Al igual que las nubes, nosotros también podemos cambiar y adaptarnos.
Jesús, gracias por el cielo, las nubes y la lluvia.
Comentarios
Publicar un comentario
Comparte tu opinión de manera responsable y evita el anonimato: Escribe tu nombre, el curso y tu cole gabrielista. Muchas gracias.