Observamos la imagen con atención y compartimos lo que vemos a través de preguntas:
¿De qué color es la hoja? ¿Antes era así? ¿Por qué crees que la hoja se ha caído del árbol? ¿Qué ves dentro de la hoja? ¿Qué crees que son estas líneas? ¿A dónde imaginas que ha volado esta hoja con el viento?
Reflexión: Una hoja seca, qué bonita! Aunque ya no es verde, la hoja nos enseña muchas cosas. Ha viajado por el árbol, ha bailado con el viento y, cuando ha terminado su trabajo, se ha dejado caer con mucha calma.
A veces, como la hoja, debemos soltar cosas que ya no necesitamos, para hacer espacio a cosas nuevas. La hoja no está triste por estar seca, porque sabe que forma parte de un gran ciclo.
Jesús, ayúdanos a soltar las cosas que ya no necesitamos y haz que crezcamos fuertes.
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