¡Buenos días!
¿Sabéis que en Nochebuena muchos pastores fueron a ver al Niño Jesús? Todos traían regalos muy bonitos para ofrecerle. Pero había un pequeño pastor muy pobre que no tenía nada que darle y estaba un poco triste.
Cuando llegaron al establo, María tenía al Niño Jesús en brazos y no podía coger tantos regalos a la vez. Entonces vio al pastorcito con las manos vacías y le dijo: “Por favor, ¿puedes sostener a mi Niño por un momento?” ¡El pastor se puso muy contento! Aunque no tenía ningún regalo, pudo tener a Jesús en sus brazos. Sus manos vacías se convirtieron en el mejor regalo.
Jesús,
tú has venido a vivir aquí, con nosotros;
tú nos quieres mucho.
Tú estás aquí, muy cerca de nosotros,
con tus padres, con María y José.
Nosotros, como esos pastores
que te vinieron a adorar en la cueva de Belén,
también te amamos,
y queremos amarte más
y queremos aprender a ser como tú.
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