Buenos días
¡La liebre Luisa va siempre con prisas y no tiene tiempo para detenerse y charlar! Va tan deprisa a todas partes que termina sufriendo un accidente con su patinete y cae al estanque. Cuando la tortuga Tom la rescata, Luisa se ve obligada a cambiar sus hábitos. ¿Podrá Luisa aprender a vivir más despacio? Una divertida historia sobre la amistad, la amabilidad y lo mucho que te pierdes cuando siempre vas con prisas.
Jesús, enséñame a no ir con prisas y a hacer las cosas con calma.
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