Buenos días,
Al pequeño Pip-Pip le asusta meterse en el agua, y mientras los demás pingüinos se divierten buceando en el mar, él se queda muy triste, sin nadie con quien jugar. ¿Logrará algún día aprender a nadar?”.
¡Por supuesto que lo conseguirá! En su ayuda, están sus papás pingüinos, sobre todo su madre. Ésta le anima a saltar y a nadar, pero, sobre todo, a no tener miedo, a ser valiente, a atreverse.
Querido Jesús, a veces, tengo miedo, pero sé que Tú estás conmigo. Ayúdame a ser valiente y fuerte. Cuando algo me asuste, recuérdame que puedo intentarlo, porque con tu ayuda, ¡puedo lograrlo!
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