Roberto era un niño muy curioso que pasaba las tardes mirando al cielo y leyendo cuentos. Un día, descubrió un escultor que moldeaba las nubes en formas maravillosas. Aunque otros no podían verlo, Roberto sí, porque usaba su imaginación.
Cuando leemos cuentos y soñamos, podemos ver cosas que otros no ven y vivir aventuras increíbles. Por eso, es importante cuidar nuestros libros y cuentos, y disfrutar de ellos con alegría.
Jesús, gracias por los cuentos que nos hacen soñar y aprender. Ayúdanos a cuidar nuestros libros y a usar nuestra imaginación.
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