Cuando me despierto, el sol entra por la ventana y me calienta la cara.
A veces me cuesta levantarme, tengo sueño o no tengo ganas de ir a la escuela.
Pero pienso en todo lo que voy a vivir hoy: los amigos, los cuentos, los juegos, las sonrisas.
Jesús, ayúdame a empezar el día con alegría.
Que escuche tu voz que me dice: "¡Buenos días! Hoy es un nuevo regalo."
Dame fuerza para levantarme contento y hacer de cada momento una fiesta de alegría.

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